DANZA EMPODERAMIENTO
A lo largo de nuestra historia como mujeres, nuestra relación con nuestro cuerpo ha sido conflictiva, siendo tabú experimentarlo, disfrutarlo o expresarnos con él. Cuando sufrimos una experiencia de violencia nuestro yo se disocia de nuestro cuerpo como mecanismo de protección y perdemos la capacidad de sentirlo, de sentirnos bien en nuestra piel (el trastorno disociativo es la máxima expresión de esta situación). El empoderamiento a través de la danza busca el establecimiento de una relación de confianza con nuestros propios cuerpos, aprendiendo a reconectar mi esencia y mi mente con mi yo físico, aprendiendo a controlarlo y a expresarme con mayor libertad.
La danza para el empoderamiento busca además utilizar la expresión artística como herramienta de cambio tanto personal como social. En lo personal permite desarrollar un yo- artístico, es decir, que permite alejarse del ensimismamiento en una identidad propia ya conocida y muchas veces subestimada, tomar distancia de mi yo-invisible, y proyectarlo en un nuevo yo, con nuevas habilidades adquiridas y ponerlo bajo el foco. Para hacerme ver, primero debo verme a mí misma en el espejo. Para hacerme valer ante el público, antes debo valorarme profundamente. Como herramienta de transformación social el arte tiene el poder de hacer visible lo invisible, siendo su arma más poderosa la de hacer que las personas tengan una vivencia emocional, pues solo así se puede remover conciencias y trabajar en la sensibilización.