Derecho a la vida privada y la vida familiar

DERECHO VULNERADO

Visión de la juventud

Para la generación joven, nacida en tiempos de ocupación, el dolor de la separación familiar se ha heredado. Muchas de las personas jóvenes entrevistadas en las distintas zonas donde habitan describieron la separación de sus hermanas y hermanos, primos y primas, abuelos y abuelas como una de las afectaciones principales de la ocupación sobre sus vidas. A pesar de las tecnologías disponibles hoy en día que permiten la comunicación entre las familias saharauis, todavía sienten su ausencia durante bodas y otras celebraciones familiares, festivos religiosos y nacionales, o en casos de enfermedades o muertes inesperadas. Al mismo tiempo, las duras condiciones de represión y marginalización que enfrenta la población saharaui en el territorio ocupado y la situación de incertidumbre y precariedad en que se encuentra la población saharaui en los campamentos y en el territorio saharaui controlado por el Frente POLISARIO, dificulta que la juventud visualice una vida familiar propia en el futuro. 

Consecuencias de las restricciones sobre la vida privada y familiar para la juventud saharaui

La separación prolongada de familias contribuye a una sensación de desarraigo por parte de muchas personas jóvenes, desde los campamentos hasta la diáspora. El hecho de no tener a toda su familia junta, en un solo lugar, y el saber que no es una elección propia, hace que muchas de estas personas se sientan todavía más desconectadas de la tierra donde viven. En el territorio ocupado, la extensión de las prácticas de represión contra familiares de personas activistas perjudica a la juventud, mientras que la dureza de las condiciones en los campamentos y el aislamiento de los territorios controlados por el Frente POLISARIO ponen en peligro no solamente a esta generación sino también a futuras generaciones de jóvenes saharauis.

 

La juventud saharaui es diversa, activa y comprometida con la lucha por la autodeterminación de su pueblo.